miércoles, 28 de noviembre de 2012

Textos y contextos (1): el continuismo neoliberal en la Ley de Reforma Magisterial


José Ramos Bosmediano, ex Secretario General del SUTEP, miembro de la Red SEPA

Con mi saludo y agradecimiento infinito a todos los que se han solidarizado y siguen haciéndolo para recuperar mi salud, vuelvo a la escritura sobre los inmensos problemas de nuestro país y, por qué no, del mundo.  Con la enfermedad no aplacada, no es posible aislarse de nuestros amigos y compañeros de lucha. A los maestros del SUTEP por su inquebrantable defensa de la escuela pública y sus derechos, en la huelga del 5 de setiembre al 5 de octubre.
Seguramente en estos días el Presidente Ollanta Humala Tasso promulgará la nueva ley magisterial aprobada en la madrugada del viernes 23 del mes en curso, con el nombre de "Ley de Reforma Magisterial".  Como ha sido siempre la costumbre de los gobernantes de los últimos 50 años, los actuales, con sus parlamentarios y su prensa (voces y ecos de la derecha neoliberal que gobierna el Perú) han salido "con la pata en alto" para ponderar los "beneficios" de ese esperpento de ley magisterial, tanto para los maestros como para los estudiantes de la escuela pública, garantizando a estos últimos una supuesta elevación de su nivel de aprendizaje y, a los maestros, el ingreso a la "meritocracia" para su buen desempeño y sus mejores beneficios remunerativos y su ascenso en la carrera docente.  No se requiere escuchar ni leer toda la prensa de la derecha, pues el diario "La República" de Lima, que dice ser diferente a aquella, nos informa mejor sobre la posición que toda la derecha peruana tiene sobre nuestros problemas económicos, sociales, políticos y culturales.  Las ediciones del sábado 24 y del día de hoy (domingo 25), en sus páginas 12 y 6, respectivamente, son más que suficientes para calibrar sus juicios y sus ilusas esperanzas, también su desprecio a las opiniones de los maestros organizados en el SUTEP, cuya huelga fue decisiva para introducir ciertos elementos positivos en el proyecto del Ejecutivo, pero soslayando los fundamentales derechos de los maestros peruanos, conculcados desde marzo de 1992 por la mafiosa dictadura fujimontesinista. 
Los elementos principales de la nueva ley magisterial

El marco teórico y político de la ley aprobada no es otro que la reforma educativa neoliberal impuesta en el decenio de 1990-2000, y continuada por los gobiernos del primer decenio de este siglo XXI, con un contenido curricular que viene de 1995, replicado en el 2001, el 2005 y el 2009, que reagrupa en áreas curriculares un contenido eminentemente instrumental por tecnocrático; y la Ley Orgánica de Educación promulgada en el 2003, cuyo contenido privatizador es innegable. Ni los problemas a los que ha llegado el sistema educativo chileno, el primero que en América Latina introdujo, desde 1983, la reforma educativa sometida a los parámetros de la economía de libre mercado y su reflejo abrupto en la privatización de la educación, municipalización educativa incluida, han tenido en cuenta los reformadores peruanos desde el poder del Estado. Es bueno recordar que la reforma educativa neoliberal comprende: reducción del presupuesto de la educación, privatización educativa, desregulación de del trabajo docente, currículo tecnocrático desde un enfoque pragmatista, evaluación estandarizada desde una visión productivista de la educación, tercerización de las funciones del Ministerio de Educación, municipalización como descentralización privatizadora de la educación, segmentación del sistema educativo con programas específicos (Plan Huascarán, Beca 18, PELA, por ejemplo).
Adecuado al marco neoliberal, la nueva ley legaliza la extinción de los derechos laborales y profesionales de los maestros peruanos, sustentándose en el sistema meritocrático que el pinochetismo, el menemismo y otros regímenes latinoamericanos impusieron supuestamente para elevar la calidad educativa.  El instrumento que se ha venido aplicando para ese ilusorio objetivo no es otro que la evaluación estandarizada y ampulosa de los docentes, de tal manera que estos trabajadores no tendrán otro interés que prepararse, casi todos los días, para ser evaluados y no perder su trabajo, ascender en una escala de 8 niveles y "mejorar" su mísera remuneración, con vacantes establecidas para cada nivel de acuerdo con el permiso del Ministerio de Economía y Finanzas, cerrando la posibilidad de ascenso a los niveles VII y VIII para no menos del 80 % de los maestros, en un tiempo próximo a la jubilación.  No hay duda que es un sistema de  ahorro fiscal seguro que exigen el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.  Para el gobierno y sus legisladores la escuela pública y sus maestros no merecen otro trato que el de instrumentos para generar Caja Fiscal, lo que se refleja en los 800 millones de soles que, como un "gran éxito", aprobó el Ministro de Economía y Finanzas Luis Castilla, intermediario  del Banco Mundial y del FMI en el manejo de los gastos del Estado neoliberal que nos domina.
Se pretende hacer creer que la nueva ley supera al anterior mamarracho del gobierno aprista (Ley de Carrera Pública Magisterial), siendo que la actual Comisión de Educación no ha hecho más que reacomodar los elementos de aquella y aumentar los niveles para justificar la rebaja de los que actualmente tienen los maestros, y justificar también la eliminación de la Ley del Profesorado conquistada por el SUTEP en 1984 (gran huelga de hambre de diciembre) y enriquecida  con la lucha de 1989 (huelga de hambre) y 1990 (huelga indefinida).
El comunicado del SUTEP publicado en "La República" de hoy 25 de octubre (p. 32) resume adecuadamente los derechos magisteriales vulnerados por el gobierno actual.

Entre la ignorancia y la ideología neoliberal

El dogmatismo neoliberal, como todo dogmatismo, cierra la conciencia al conocimiento y la búsqueda de la verdad objetiva, por más ilustrados que puedan ser quienes lo practican.  Los dogmáticos esconden la realidad, soslayan los aspectos contradictorios y multifacéticos de los hechos y las ideas.  Niegan las experiencias pasadas en aras de su presente para mantener el sistema intacto.  Confunden la modernidad con el empirismo presentista.  El resultado es siempre una percepción tergiversada de los hechos y la adecuación a las fuerzas irracionales, en el caso que estamos tratando, a las leyes del libre mercado, a la libre competencia llevada al campo de la cultura, ergo, de la educación: ignorancia e imposición.
En el caso que nos ocupa, quienes están decidiendo el futuro de la escuela pública y de los maestros de esta son los que no necesitan de ella, pues ni sus hijos ni sus nietos estudian en ella.  Su ideología es de connotación privatista, aun cuando algunos de ellos hayan pasado por las aulas de la educación estatal.  En el fondo, su objetivo de seguir reduciendo el ámbito de la educación pública y ensanchar el de la privada, como ocurre en nuestro país desde los años del fujimontesinistas.  De ahí su concepción de desprecio a los maestros, a quienes los consideran "comechados", "burros", "incompetentes".  Así justifican los miserables salarios.
Tanto la Ministra de Educación como sus viceministros provienen de una ONG (Foro Educativo) que tiene en sus manos el Consejo Nacional de Educación.  Cuando trabajamos coordinadamente con Foro Educativo bajo la presidencia del Padre Ricardo Morales, se percibía, en aquellos años de los 90 del siglo XX, un cierto interés por la escuela pública.  Ese atisbo de interés por esta se ha ido perdiendo y hoy tenemos a sus integrantes en el  Ministerio de Educación identificados plenamente por la reforma neoliberal, como también ocurrió con los anteriores funcionarios del MINEDU durante los gobiernos de AlejandroToledo y García Pérez.
Como ha señalado Juan Carlos Tedesco, la reforma educativa neoliberal es una reforma presupuestal, vale decir, supeditada a los objetivos privatizadores del neoliberalismo, lo que explica que quien decide lo que debe hacerse es el Ministro de Economía y Finanzas, lo que llevó a la Vice Presidenta de la República Marisol Espinoza señalar que hay un alto  funcionario que decide por todos, sin consultar a nadie.
Es signo de ignorancia en materia educativa lo que revela la repetición de esa generalidad, según la cual "lo perfecto es enemigo de lo bueno", por el Presidente del Congreso, el abogado Víctor Isla, incapaz de argumentar las "bondades" de la ley aprobada, tratando de opacar las críticas del SUTEP; escondiéndose en generalidades y tautologías que no explican nada. 
Un ex Ministro de Educación y ex Rector de una universidad pública, emite un velado insulto al derecho de huelga que tienen los maestros peruanos, en lugar de hacerse una autocrítica por su adecuación a la reforma neoliberal y su incapacidad para proponer una reforma plausible para nuestra realidad cultural y educativa, incapacidad que le lleva a calificar de "inmoral" las medidas de lucha que los maestros seguirán desarrollando en los próximos días, meses y años.  Es sintomático que este personaje se calle frente a los procesos de corrupción que se trata de encubrir en el Perú. Una huelga puede ser incorrecta, inoportuna, menos inmoral, salvo que pretenda lograr beneficios estrictamente personales desligados de la necesidad de dignificar a los trabajadores, en este caso, a los maestros. 
Uno de los funcionarios de los últimos dos gobiernos en el Ministerio de Educación, Idel Vexler, que viene también de la educación privada pese a sus estudios profesionales en La Cantuta,  señala su disconformidad con la nueva ley docente porque, según él, deroga la ley aprista que tanto ensalzó cuando fue Vice Ministro de Educación al lado de José Antonio Chang.  En lugar de pronunciarse sobre las investigaciones por las sospechosas construcciones de los denominados "colegios emblemáticos", se empecina en defender su ley, sin darse cuenta que la nueva ley es una simple clonación de aquella.
Otro defensor de la nueva ley es un ex dirigente del SUTE VIII Sector (Lima) en la década de los 90, el profesor José Antonio Caro Meléndez, Asesor de la Ministra Patricia Salas, quien, durante la última huelga del SUTEP recorrió algunas ciudades del país para pretender "convencer" a los maestros sobre la bondades del Proyecto de Ley de su gobierno, abominando de lo que ayer defendía frente al gobierno de Fujimori.  Todo eso es hoy, tal vez, un mero recuerdo de quien se ha convertido en burócrata bien pagado, olvidándose de sus años de maestro cuyo sueldo no llegaba ni a los 15 días del mes.
En la misma página opina el Vice Ministro Fernando Bolaños repitiendo el sofisma que para defender los derechos laborales magisteriales no hay que perjudicar a los niños con las paralizaciones, cuando quienes maltratan a los niños son los gobernantes que dejan fuera de la escuela, por pobreza y reducción presupuestal, a cientos de miles de la población en edad escolar, y que los maestros peruanos trabajan en condiciones adversas en escuelas mal dotadas, con niños desnutridos, etc.  Es el mismo sofisma que suele aplicarse a los médicos cuando realizan su huelga "perjudicando" a los pacientes.  Con este razonamiento el derecho de huelga se torna imposible de ser ejercido. 
Y el Presidente de la Comisión de Educación, el General (r) Daniel Mora se contenta con los "avances" logrados, ocultando que la esencia de la ley es antimagisterial, por tanto, nada adecuada para un desempeño docente en condiciones adecuadas.

Las ilusiones neoliberales y el papel de los maestros

Desde el fujimontesinismo todos los gobiernos y sus funcionarios han considerado, en cada momento, que sus leyes y reformas garantizaban el mejoramiento de la educación; mientras que los maestros del SUTEP señalábamos sus limitaciones e incongruencias, su carácter neoliberal.  Hoy sabemos que 20 años de reformas no han producido sino más crisis educativa.
El presidente Ollanta Humala Tasso y sus funcionarios, más ciertos defensores oficiosos, como Sota Nadal, repiten hoy la misma ilusión neoliberal, pero sin dejar de culpar a los maestros como los responsables de futuros fracasos.
Olvidan que el fracaso del neoliberalismo para resolver los grandes problemas del país es consustancial a la esencia injusta del sistema económico que está haciendo tambalear a las economías de los países más desarrollados, desde donde nos enviaron, precisamente, el capitalismo salvaje que tanto indignó a Juan Pablo II, que es objeto de rechazo por el Reverendo Frey Beto (Brasil) y por otros sacerdotes católicos que luchan con su feligresía para buscar nuevas alternativas frente a las profundas desigualdades entre oprimidos y opresores.
Los maestros canadienses, los de Estados Unidos, los griegos y españoles, los maestros mexicanos y chilenos y los de otros países donde el sistema neoliberal sigue vigente, vienen enfrentado los mismos problemas a los que se enfrentan los maestros peruanos de todos los niveles de la escuela pública, abrumados por los mismos contenidos legales que en el Perú se llama hoy Ley de Reforma Magisterial.  ¿Conocen esta realidad mundial nuestros legisladores, doña Nadine Heredia y su esposo Presidente Ollanta Humala?  Habría que perdonarle al General Daniel Mora, pues su profesión no se acerca ni a los rudimentos de la pedagogía.
¡La lucha continúa, queridos maestros peruanos!
Lima, octubre 25 del 2012
amazonayahuascaramos@yahoo.es